lunes, 29 de abril de 2013

"Cuentos y canciones del otro Algorta" con Ramón Piñera


Como comentábamos en la anterior entrada, durante la Feria del Libro celebrada en Getxo en abril de 2013 los aficionados a los cuentos hemos tenido la oportunidad de disfrutar el doble, con dos sesiones bien distintas, pero igualmente divertidas.
La segunda sesión cuentista se desarrolló el domingo 21 en una deliciosa matinal soleada, y nos regaló la presencia del algortense RAMÓN PIÑERA y su esposa SONIA. Sí, habéis leído bien, algortense, porque en el pueblo Algorta, de Río Negro, Uruguay, no hay algorteños. Vinieron desde Munich, Alemania, donde residen ahora por “culpa” de sus nietas, para compartir con sus “paisanos” de este lado del Atlántico sus recuerdos y anécdotas de niñez, recogidas en el libro Loscuentos de Belo, acompañados de una guitarra y de su enorme calor humano.
Instalados en las rurales calles de la Algorta uruguaya con la ayuda de Sonia y Ramón, nos vimos bajando a toda velocidad por una de sus cuestas a lomos de la bici negra, envidia y disfrute de todos los niños que supieran respetar las normas de uso. La habilidad y el equilibrio tenían un gozoso premio: repetir.
Pedaleando pedaleando llegamos al bichario, donde Ruben (así, sin tilde), sin duda una de las mentes infantiles más privilegiadas del lugar, albergaba a todos sus queridos animales, que eran muchos y variados. Algunos incluso peligrosos, como el Yacarito Tereré, pequeño cocodrilo que una crecida del río dejó varado.
Que la mente de Ruben era privilegiada quedó patente en la tercera y última historia que Ramón nos contó y cantó. Con los escasísimos medios de que disponía, y gracias a la inestimable colaboración de sus amigos Petaca, Bebe, Omar y Tito, fue capaz de construir el Sputnik Algorta, y colocar así a su pueblo en la tercera posición de la incipiente carrera espacial. Cierto es que el cohete no llegó muy lejos, para alivio del astronauta Petaca, pero gracias a la transmisión que éste pudo efectuar a través del “sofisticado” sistema de comunicación, la contada concluyó con una gran carcajada.
A modo de cierre, entonaron una canción de despedida típica de su tierra, acompañada de ondear de pañuelos, así como un euskérico “Algortatik Algortara” que estuvieron a punto de dejarse en el tintero. Menos mal que Anabel estaba al quite.
Volando volando, con algún que otro percance pero de manera más segura que el mentado Petaca, Ramón y Sonia ya están de vuelta en Múnich, pero han prometido volver con más tiempo y tranquilidad a ésta también su Algorta, donde dejaron su cariño y recogieron el nuestro. Les esperamos.
Y, hasta que ese día llegue, podremos disfrutar de sus historias y canciones en el libro-CD que tenemos en las Bibliotecas de Getxo
Aquí os dejamos también un video de la primera canción que nos ofreció
La reseña de hoy ha sido escrita por Rober
Las fotos, el montaje fotografico y los videos son de Txema G.

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